miércoles, 11 de enero de 2012



La oración de la Redención



Oh Dios, recuerda no sólo a los hombres y mujeres de buena voluntad,
sí no también a aquellos de poca voluntad.
Pero no recuerdes el sufrimiento que nos hayan causado,
 recuerda los frutos que hemos dado gracias a ese sufrimiento.
 Nuestra camaradería, nuestra lealtad, nuestra humildad, nuestro coraje,
nuestra generosidad, la gracia de nuestro corazón que
 ha crecido gracias a todo esto.
Y cuándo ellos lleguen a juicio, deja que todos
los frutos que nosotros hemos cosechado, sean su perdón...