“Creo que no tengo enemigos. Me he encontrado, en mi vida, con personas que me han hecho daño, positivo daño. No creo que sean enemigos: soy muy poco para tenerlos.
Sin embargo, desde ahora, ellos y ellas quedan incluidos en la categoría de mis bienhechores, para encomendarles a diario al Señor y tenerlos en mis oraciones...agradeciéndoles...
DIOS sabe que hacer con ellos, y yo he aprendido la enseñanza de que cada daño,
gracias Dios mío, te los encomiendo son tuyos...y míos mis sentimientos de agradecer”. J.M.E de V.