La oración de la Redención Oh Dios, recuerda no sólo a los hombres y mujeres de buena voluntad, sí no también a aquellos de poca voluntad. Pero no recuerdes el sufrimiento que nos hayan causado, recuerda los frutos que hemos dado gracias a ese sufrimiento. Nuestra camaradería, nuestra lealtad, nuestra humildad, nuestro coraje, nuestra generosidad, la gracia de nuestro corazón que ha crecido gracias a todo esto. Y cuándo ellos lleguen a juicio, deja que todos los frutos que nosotros hemos cosechado, sean su perdón...